martes, 1 de abril de 2008

¡A bailar! ¡A bailar!

El circo de la política es absolutamente delirante y, desde que el PP perdió las elecciones a ritmo de Chiki chiki, la cosa no hace más que empeorar. Se ve que alguien ha llegado a la conclusión de que Mister Zeta ganó las elecciones por su dominio del breikindance y el maiquelyason y que, para pisar moqueta en España, es imprescindible ponerse a la altura de las circunstancias. Así que ahí tienen a Rajoy con el crusaito y al resto de la cofradía dirigente del PP coreando eso de:

Baila el chiki chiki,

baila el chiki chiki,

si tienes principios

es que eres muy friki.


Y el chiki chiki se baila así:

Uno: el crusaito ¡Mariano!

Dos: el breikindance ¡Soraya!

Tres: el maikelyason ¡Pío!

Cuatro: el robocop ¿Gallardón?


Así están las cosas. Y no se trata de que el portavoz –la portavoz- sea Soraya o cualquier otro: se trata de que en el PP se les empieza a ver el cartón. A Esperanza se le vio el mismo día de las elecciones, cuando su corifeo mediático dio por muerto a un Rajoy que no se ha dejado enterrar. A Rajoy se le vio ayer. Y a los representantes de la derecha mediática se les ha terminado de ver hoy.

Esperanza ha demostrado no tener la valentía que se le presumía y, en mi opinión, la alternativa que constituía para muchos, se ha quedado en un triste bluf, aunque en El Mundo y la COPE no le falten todavía palmeros.

¿Se atreverá alguna vez esta mujer a hacer público lo que todos saben?

Rajoy ha dejado claro cuál es el concepto que tiene de sí mismo y que el cambio no pasa por su recambio sino por la adaptación de su partido al son que –creen en Génova- permite ganar elecciones en esta España de chikilicuatres. Desde luego, es más sencillo cambiar los pasos de baile que tratar de cambiar la música y parece que Soraya –La Soraya, que ese nombre pide a gritos que lo preceda el artículo- puede ser la perfecta coreógrafa. O no.

Y mientras de fondo suena –sigue sonando- el Chiki chiki, los medios que apostaban por un cambio de ritmo y por terminar sustituyendo la exitosa y eurovisiva canción por, por poner un ejemplo, Suspiros de España, se están dando cuenta de que su candidata a DJ no sólo no se atreve a acercarse a la cabina que ocupa Mariano, sino que encima se queda sola-solita-sola en una esquina del baile mientras el resto de la tropa -¡Joder, qué tropa!- empieza ya con el crusaito.

En El Mundo y en la COPE están tan nerviosos viendo como se deshincha su esperanza que ya atizan a todo el que no sea de la cuerda de La Lideresa. Y como últimamente pintan bastos, pues no dejan de dar garrotazos. Hoy, por cierto, han atizado a La Soraya hasta la nausea. Y vale que esta chica no da para mucho (la prueba está en lo modosita que ha estado mientras le atizaban sin compasión), pero tampoco las alternativas a la interfecta eran para tirar cohetes. Si es que el problema del PP está en su dirección. Muy bien, quitas a La Soraya y a quién pones: ¿a Pizarro? ¿a Pérez Pons? ¿a Costa? ¿Y alguien cree que alguno de estos iba a hacerlo mejor que la elegida? Yo, sinceramente, no creo que la solución pase por un cambio de portavoz parlamentario, sino por un cambio de liderazgo y por un cambio en el modelo de partido. La base del PP tiene más calidad que su dirigencia y la mordaza no hace sino empeorar las cosas: ayer fue el dedo de Aznar, anteayer el de Fraga, hoy el de Rajoy. ¿Y las bases? Ni están, ni se las espera.

Visto el patio, uno ya no sabe si la derecha española, de tanto querer ser centro, ha terminado perdiendo el norte y terminará siendo eterna oposición o si por el contrario hay algún remedio para la enfermedad que padece. Una enfermedad, por cierto, que la ha llevado al suicidio muy frecuentemente y que, a los síntomas me remito, parece que no sólo no se cura sino que empieza a descontrolarse de forma alarmante.

Pero vamos, que la fiesta no decaiga, ¡que tenemos 154 escaños! ¡A bailar! ¡A bailar!

No hay comentarios: