viernes, 29 de febrero de 2008

Federico

En la entrada anterior cité a otro Federico. Hoy no me refiero a aquél, hoy hablaré del otro, del de la COPE. En sus tiempos de La Linterna me costaba mucho aguantarlo. Me parecía un poco plasta; un poco no: muy plasta. De hecho, cuando empezó a dirigir La Mañana, echaba de menos a Luis Herrero. El estilo machacón de Federico y el simplismo que en ocasiones despliega me carga. Pero tengo que reconocer que, dejando al margen sus muchas batallitas, es el periodista con más fondo intelectual de cuantos pululan por los medios de comunicación y, por cierto, el más valiente para decir y defender aquello en lo que cree. Gustarán o no sus ideas, pero no creo que haya nadie que pueda decir que Federico ha cambiado su discurso en función de quién esté en el poder. Bueno, sí que lo habrá, pero mentirá. Ninguno de los que hoy lo denigran recordará las críticas feroces que desde La Linterna o La Mañana dirigía a los gobiernos de Aznar, más que nada porque, por aquél entonces, éstos que hoy se rasgan las vestiduras con la COPE, simplemente no sabían ni que existía esta cadena de radio. Hoy, sin embargo, la COPE en general y Federico en particular, se han convertido en un altavoz poderoso de las ideas contracorriente.

A lo largo de los siglos ha habido un número importante de españoles a los que les ha gustado remar contracorriente por el mero hecho de no dejarse llevar por los poderes dominantes en cada momento. Por el gusto de darle en las narices al poderoso. Unos tenían razón, otros no. Pocos de ellos triunfaron en su empeño pero, al menos, nos dejaron la semilla del inconformismo. Una semilla que no da tantos frutos como sería deseable pero que, sin embargo, está presente en la grey ibérica.

La sociedad española –como la mayor parte de las sociedades europeas, todo sea dicho- es por lo general conformista y acomodada, es una sociedad conservadora –de lo que haya- y poco ilustrada. Es una sociedad que mantuvo en el poder a un dictador cuarenta años y que, una vez muerto, lo denigra sin pararse a pensar que el odio brutal que ahora profesa al cadáver da talla a la ignominia de haberse sometido mansamente y durante tantos años al -hoy- tirano. Una sociedad seguidista, que gusta del mensaje facilón y el chascarrillo, más interesada en la vida sexual de cualquier fulano que en los problemas de la vida diaria. A esta sociedad han servido y vienen sirviendo casi todos los medios de comunicación en España. El mensaje fácil y de entendimiento democrático, el prejuicio, más que el juicio, gusta a la masa. Por el contrario, todo aquello que rompe con los planteamientos al uso, genera rechazo en la masa, perezosa en el entendimiento y ávida por obtener una respuesta sencilla a cualquier mensaje que trate de romper su modelo de sociedad.

Federico se ha convertido en la mosca cojonera más poderosa de cuantas yo recuerdo. Se ha enfrentado con las armas propagandísticas propias de la izquierda a la dictadura intelectual impuesta por el PSOE. Ha sido capaz de lanzar mensajes sencillos y opuestos a la corriente dominante y éstos han calado en una masa que se descubre inconformista y que empieza a cogerle el gustillo a su papel de oposición a la izquierda institucional. Su condición de apóstol del antizquierdismo, su antinacionalismo radical y su habilidad para formular un mensaje coherente y asimilable por un número muy importante de personas –esto es, simple- lo ha convertido en el mayor enemigo de los partidos de izquierda y del nacionalismo. Con una ventaja adicional frente a los propagandistas de la izquierda: su mensaje es deliberadamente simple -simplificado- pero goza de la solidez ideológica de la que carece la izquierda desde la caída del Muro. Por todo ello, hoy Federico se ha convertido en una persona que a pocos deja indiferentes y es identificado por la izquierda y los nacionalistas como la personificación del mal –sin duda, para ellos es un mal. Lo triste es que la masa no entiende de tonalidades: las cosas son blancas o negras. Las distintas tonalidades requieren más esfuerzo y comprensión del que cabe en una consigna y, desde la izquierda, la consigna respecto a Federico es clara: aniquilarlo. La aniquilación física en los años que corren es difícil y hasta está mal vista -¡qué tiempos los del camarada Stalin!-, la aniquilación social y moral, sin embargo, es asequible. Y en eso están.

Desde que a mí me interesa la política, no recuerdo una sola campaña en la que ningún partido nombrara a un periodista en un mitin o lo hiciera blanco de sus odios partidistas. No recuerdo a ningún político en campaña demonizar a un periodista o hacer pivotar sobre él su mensaje de descalificación del adversario. Ayer vi como Mister X –sí, sí, el de los GAL- nombraba a “Jiménez Losdemonios” para movilizar a los suyos... y los suyos aplaudían. Ayer escuché cómo, el que fuera Presidente de la Junta de Extremadura, se dirigía a los suyos con el siguiente mensaje: “Si gana el PP, gana Jiménez Losantos”.

¿Tanto miedo tienen a un periodista? ¿Tanto molesta a esta gente que alguien alce la voz y no les rinda pleitesía? ¿Tan peligrosa es la palabra? El auténtico peligro está en otro lugar. El verdadero peligro está en la criminalización de las ideas, en la demonización del pensamiento disidente y en el deseo de aniquilación del que piensa de otro modo. El peligro no es Federico, el peligro es Mister Zeta.

miércoles, 27 de febrero de 2008

La niña de Rajoy

Ayer mismo, comentando durante el cafelito de la mañana –en mi caso, té con leche, que lo del café lo tengo olvidado desde la facultad- salió el tema de la niñita de Rajoy. A mí, personalmente, me pareció además de ñoño, patético. En la entrada de ayer, ni siquiera le dediqué una línea a esta cuestión. La desilusión por lo que vi, pudo con la anécdota. Sin embargo, hoy me he desayunado un artículo de Federico Quevedo en El Confidencial

que me ha movido a abrir el Word y dedicar unas líneas a este tema.

Quevedo, como alguna de las personas que me acompañaban en el café, vieron –al menos ayer- que Rajoy no estuvo mal soltando semejante cursilada y que, posiblemente, se trataba de un mensaje para un tipo de audiencia que se ve conmovida por esta clase de historias. Veinticuatro horas después parece que nadie sabe quién es el padre de la criatura. A la madre, como bien dice Federico Quevedo en su artículo, ya la conocemos, pero el padre está en paradero desconocido.

Mi opinión sobre esta cuestión es simple: el mensaje no era creíble. A un político como Rajoy nadie lo considera tan naïf como para decir –leer- semejante estupidez y de ahí que todos anden buscando al padre de semejante engendro.

Mister Zeta nos tiene acostumbrados a bobadas mil y, en su boca, algo como lo de la niñita de marras queda hasta apropiado y no desentona con el hombre del ansia infinita de paz, de la alianza de civilizaciones, de los motivos para creer o del vota con todas tus fuerzas. Pero Rajoy –gracias a Dios, por cierto- no da el perfil para esos mensajes.

Esto de la niñita es una bobada de la misma clase y condición que lo del haz click por Rajoy y otras tantas estupideces que se inventan en el departamento de marketing del PP (si eso existe, vamos, y si a lo que hacen se le pudiera llamar marketing). Es una forma de ponerse al mismo nivel de simplismo y estulticia que el PSOE con la única intención de arañar algunos votos entre el paisanaje más proclive al engaño. Se ve que aún no se han dado cuenta de que ese caladero es propiedad exclusiva del PSOE y que allí, con el Comando Zeta faenando, hay muy poquito que pescar… salvo una pulmonía.

De hecho el Comando Zeta ha tardado bien poco en responder. En la página principal del PSOE, se encuentra el link a la respuesta de la inteligentzia de Ferraz. Hago corta-pega y comento sobre la marcha porque no tiene desperdicio:

Hola, soy la niña del ejemplo de Rajoy...

Bueno, realmente es un tal Carlos. Aunque, visto su nivel intelectual, podía ser Pepiño perfectamente.

Es que si él gana:

Redoble de tambor, por favor…

Se le ha olvidado decir que si mis papás son dos papás o dos mamás, me llevarán lejos de ellos.

Que no te engañen. Tú tienes un papá y una mamá. Puede ser que por distintas circunstancias vivas en una familia en la que o tu papá o tu mamá convivan con otra persona de su mismo sexo a la que le guste que le llames papá o mamá y que te trate tan bien como si lo fuera. O incluso que tus papás o mamás lo sean porque te adoptaron. Por mucho que te quieran decir los amigos de Mister Zeta, si gana Rajoy, nadie te separará de ellos.

Que si me quedan asignaturas en el curso donde más abandonos hay, me pasarán a una clase de "tontos".

No, niña, no. La educación no va de listos y tontos, sino de aprender para poder vivir de forma independiente en el futuro. El Comando Zeta opina que lo mejor para ti es que seas igual que los demás sin pararse a pensar que todos los niños son diferentes y que hay que poner en sus manos la posibilidad de desarrollarse al máximo. Para ellos lo mejor es que todos estén al mismo nivel, es decir, al del más tonto. De este modo, todos terminarán votando a Zeta.

En cualquier caso, si alguna vez crees que estás en la clase de los tontos, piensa en Pepiño o en Montilla y verás que no todo en la vida pasa por ser de los listos de la clase.

Que me podrán meter en la cárcel a los 12 años.

No te podrán meter en la cárcel porque en España los menores delincuentes son ingresados en Centros especiales. Y no sólo eso: si no cometes delitos, que será lo normal, seguirás en casita con tu familia. Estos del Comando Zeta siempre pensando en ir a la cárcel, ¿por qué será?

Que mis papás tendrán que firmar un contrato de ciudadanos de segunda si no son de aquí, como yo.

O afiliarse al PSOE (o al PSC), momento en el que serán ciudadanos de primera. Para afiliarse al PSOE creo que vale con un bonobús.

Que tendré que hacer una cola diferente a la de los enfermos de pago en sus hospitales.

Salvo que quieras que te atienda el Dr. Montes, en cuyo caso podrás hacer cola junto a toda la progresía patria y defender la alegría.

Que no podré abortar como si yo fuera dueña de mi cuerpo.

Más que nada porque serás consciente de que nadie es dueño de la vida de otro ser humano… aunque lo lleve dentro. Quizás hasta seas consciente de que hay que defender la vida y que cuanto más débil e indefensa es, más merece que sea protegida.

Que no me podré casar si me enamoro de otra chica, o adoptar a otros niños y niñas como yo.

Efectivamente, no te podrás casar pero podrás convivir del mismo modo y con los mismos derechos y obligaciones. En vez de matrimonio, se llamará unión civil. Y sí, es posible que no puedas adoptar niños y niñas: vivirás en un país en el que el derecho de los niños y niñas a tener una familia será más importante que la satisfacción de tus propios deseos. A los niños les gusta más tener un padre y una madre, compréndelo.

Que cuando sea viejita, o si estoy muy enferma, no querrá mantener una Ley de Dependencia para que pueda vivir dignamente.

Tú no eres tonta y sabes que lo que dices no es verdad. El PP votó a favor de esa ley y sólo la Comunidad de Madrid gasta cinco veces más en la atención a las personas dependientes de lo que aporta la Administración central para toda España.

Que cuando me muera, lo haré entre horribles dolores porque mi médico no querrá que le persigan como a un asesino.

No morirás entre horribles dolores porque, tras pasar por la unidad de urgencias de un hospital y si no es posible hacer más por salvar tu vida, te ingresarán en una unidad de cuidados paliativos donde tratarán tu dolor para que no sufras. Eso sí, tendrás la seguridad de que si no sales de la unidad de urgencias, no será porque alguien voluntariamente haya querido quitarte de en medio.

Pero me ha hecho mucha ilusión que Rajoy me mencione en la tele. ¡Gracias, Mariano!

Siendo sinceros, no creo que el panfleto de este tal Carlos, mereciera el esfuerzo de descalificarlo. Se descalificaba solo. Pero hay ocasiones en las que el silencio puede ser interpretado como aquiescencia y, al menos yo, no voy a guardar silencio.

martes, 26 de febrero de 2008

Una reflexión sobre el debate

Hoy toca hablar del debate. Todo el mundo lo hace. Unos dan vencedor a Rajoy, otros a Mister Zeta. Yo tengo un vencedor: Rajoy. Por muy poquito. Jugaba con ventaja: tenía que mentir menos que su adversario y este hecho, en mi opinión, inclinó la balanza hacia su lado. Dicho esto, creo que, considerando las bazas con las que contaba Rajoy, una victoria raspada sobre Mister Zeta no es algo de lo que pueda estar muy orgulloso.

Teniendo en cuenta la situación en la que estamos y las barbaridades que hemos visto desde que Mister Zeta cambió su domicilio hace casi cuatro años al Palacio de la Moncloa, una victoria por la mínima como la que ha logrado Rajoy, pone a ambos candidatos en el lugar que se merecen: ni el uno ni el otro están a la altura del cargo al que ambos aspiran. Que Mister Zeta no está a la altura salta a la vista. Que Rajoy tampoco llega, quedó claro ayer. El uno, Mister Zeta, da miedo; el otro, Rajoy, no ilusiona.

¿No hay nadie mejor que estos dos para disputarse el Gobierno de España?

La altura intelectual del debate fue poco menos que patética: la batalla de las ideas brilló por su ausencia y cada vez queda más claro que se trata sólo de una lucha por el poder. Y no, no es que sean iguales, pero se van aproximando: los unos, porque la carencia de un paradigma ideológico, los invita a asumir cualquier cosa con tal de que dé bien en las encuestas; los otros porque parecen no atreverse a decir nada en contra de lo que, sea con razón o no, sea con justicia o sin ella, dé bien en los oráculos demoscópicos.

Se ha perdido el norte en la política o, más bien, se ha fijado el norte exclusivamente en el poder sin más objetivo que obtenerlo y conservarlo. Se trata de vencer a toda costa porque es el poder quien, a fin de cuentas, quita o da razones. Pero la política no debe consistir en vencer, sino en convencer. Y el principio inspirador de la política debe ser la pedagogía, no el poder.

El debate de ayer sólo sirvió para que los forofos de uno u otro candidato los jalearan pero, en ningún caso, se trató de plantear una alternativa al sistema, un proyecto ilusionante de regeneración del país. A fin de cuentas y, a pesar de todos los artificios y escaramuzas, es más lo que une a la clase política que lo que los separa.

lunes, 25 de febrero de 2008

Un click por Rajoy

Teniendo en cuenta que ni El Tato ha pasado aún por aquí, tiene mérito que siga escribiendo. La verdad es que me gusta pero, si no fuera por la motivación que tengo con tanta chorrada como veo en estos días, no creo que aguantara mucho tecleando.

Mi experiencia para este lunes ha sido brutal: me han pedido que haga click por Rajoy en http://www.unclickporrajoy.com/index.php y ¿cuáles han sido las razones que me han dado desde el PP para convencerme de que presione el botón izquierdo de mi ratón? Estas:

“Porque te gusta Rajoy, porque te gustan los hombres con barba, porque tú también te llamas Mariano y nunca te felicitan por tu santo, porque hacer click es tu libertad, por lo que tú quieras. Vamos utiliza todo el poder que te otorga el dedo índice que tienes sobre el ratón”.

No se puede ser más bobo. Estamos en la situación en la que estamos, con una casi segura victoria del PSOE, con un país que va cuesta abajo en todos los órdenes y que difícilmente va a poder aguantar otros cuatro años de gobierno socialista, con la gente que cada vez llega más apurada a fin de mes y resulta que tengo que apoyar a Rajoy ¡porque me gustan los hombres con barba! Hay que ser imbécil para atreverse a publicar semejante tontería.

Señores del PP: no me gustan los hombres, ni con barba, ni sin ella. Por no gustarme, no me gusta ni Rajoy, aunque me parezca menos malo que Mister Zeta. No me gusta Elorriaga, ni Pío García Escudero, ni Aragoneses, ni Cayetana Álvarez de Toledo, ni Acebes, ni Zaplana. No me gusta Ana Mato, ni Soraya, ni Arias Cañete, ni Juan Costa. No me gusta la inmensa mayoría de los candidatos del PP. A pocos de ellos les confiaría la gestión del dinero que llevo en la cartera y, sin embargo, no voy a tener más remedio que darles mi voto. Un voto devaluado porque no se lo doy a quien creo bueno, sino a quien creo menos malo.

Una cosa más les digo: no sigan por ese camino. Por suerte o por desgracia un porcentaje no poco despreciable de sus votantes sabemos leer y escribir. Algunos, hasta pensamos de forma autónoma y, cuando vemos que se nos trata como a la grey del PSOE, nos enfadamos y mucho.

Ese marketing vacío sólo es útil cuando no se tiene nada que ofrecer, lo saben bien en Ferraz. Cuando se confía en el producto hay que mostrarlo y compararlo, no esconderlo tras vanalidades. Yo creo que detrás del PP hay mucho más que los nombres que se nos presentan en listas (por cierto, cerradas) y mucho más que Rajoy. Quiero creer que hay un programa y unos valores que defender. Que hay gente mucho más decente y preparada que lo que se nos muestra y que, sobre todo, hay ideas por las que merece la pena taparse la nariz, acercarse a las urnas y depositar la papeleta del PP.

viernes, 22 de febrero de 2008

Jueves noche

Por cierto que fue un coñazo. Y no sé si falto al lenguaje políticamente correcto impuesto por el lobby feminista, pero lo fue de la “c” a la “o”: ¡un coñazo! Primero la entrevista de Piqueras a Mister Zeta en Telecinco que, la verdad, fue tan Zeta, que poco hay que comentar. Qué tío más pesado. Dicen en mi pueblo que cuando un burro coge una linde o revienta el burro o se acaba la linde y yo creo que Zeta juega… a reventar la linde. Es imposible escuchar algo original, algo distinto a lo que ya le hemos oído infinidad de veces a lo largo de cuatro años. No contesta a nada, no dice nada. Todo son palabras huecas pronunciadas con voz campanuda. En fin, un tostón. Me gustaba más Mister X.

Para rematar la faena, llegaron Solbes y Pizarro. Al menos aquí podía haber alguna novedad. Y nada, de nada. Hoy he leído y oído de todo: que ganó Solbes, que ganó Pizarro, que si hubo empate, que si tal y que si cual. En mi opinión, humo. Objetivamente creo que Solbes supo llevar el ¿debate? a su terreno y que Pizarro –como era de esperar- no estaba preparado para torear un morlaco con tanto resabio. Pizarro es un tipo aparentemente valioso pero con muy poquito toreado para soltarlo en una plaza como la de ayer y con un toro muy lidiado. Y se notó: se vio a un maletilla voluntarioso, con la lección leída y con más razón que acierto al exponerla. A Solbes en cambio se le veía en su salsa: aburriendo al personal con cifras y más cifras que difícilmente podían ser contestadas y que, cuando recibían respuesta, daba igual porque la mayor parte de los aficionados no entendían ni jota. Además de aburrir, las cifras tienen una cualidad adicional: parecen ciertas y son tomadas por tales por la afición propia y parte de la ajena. Si encima las expones con aire de profesor insufrible, esto es, con tono cansino y monótono, se consigue elevar el simple tostón al nivel del científico o del técnico y, en este nivel, poco tenía que hacer Pizarro. Y poco hizo.

En cualquier caso, hay que reconocer que llamar debates a una sucesión de monólogos tampoco es de recibo. Es una mala broma considerar debate a una pantomima en la que los temas se han pactado de antemano –y, por tanto, se han sustraído a la opinión pública las cuestiones que no interesaba a alguna de las partes-, que limita el tiempo dedicado a cada cuestión –y, por tanto iguala el nivel de interés por uno u otro e impne un guión previo- y en el que los contendientes no pueden actuar con naturalidad, interrumpiendo al contrario cuando fuera menester, contestando sobre la marcha las cuestiones que surgieran o mostrándose airados cuando lo estimaran oportuno.

Hay quien a esto le llama caballerosidad, a mí me parece un engaño más de la clase política. Lo malo es que no es momento para andarse tan melindroso.

Pluralidad

Acabo de leer una noticia de lo más curiosa en el medio de comunicación más… ¿cómo diría? ¿analfabeto? ¿sectario? No, ¡sopénico! La noticia de marras reza así: Varios blogs recuerdan el pasado increpador de María San Gil y Rosa Díez. Los varios blogs son cuatro que -¡oh, casualidad!- terminan citando al mismo. La verdad es que tiene su gracia leer a este tipo de opinadores de la izquierda militante. Y tiene gracia porque, en su empanada mental, confunden las churras con las merinas. Para esta recua de opinadores es lo mismo increpar al gobierno que a la oposición. Vamos, de hecho para ellos no es que sea igual, es que, con la izquierda en el gobierno, lo suyo es ir a por la oposición. Lo mismo es ir a gritarle a Zeta, todavía hoy Presidente del Gobierno y, por tanto, último responsable de la gestión pública en España, que tratar de pegar a María San Gil que, hasta donde yo sé, sólo puede ser responsable de la mejor o peor fortuna de su partido en el País Vasco. Lo mismo es abuchear a Felipe González –sí, es que todavía se acuerda de cuando lo abuchearon en la Autónoma en 1993, siendo Presidente del Gobierno... ¡y no lloró!- que hacer lo propio con Rosa Díez. Es lo mismo. Lo mismo es criticar al Gobierno, que criticar a la oposición. Lo mismo, lo mismo. En España se ha asumido de tal modo la línea de pensamiento estalinista que desde la izquierda ni se entiende ni se acepta que, en democracia, lo natural es que un Gobierno sea objeto de todo tipo de críticas: está ahí, para gobernar, para tomar decisiones y, lógicamente, para ser objeto de crítica –más o menos furiosa, más o menos fundada- por aquellos que consideran que su acción de gobierno les está perjudicando o que, simplemente, es manifiestamente mejorable. Pero, ¿a la oposición? ¿Qué sentido tiene que el Gobierno critique a la oposición? ¿Qué puede hacer la oposición para que se la critique? ¡Ah, sí! Oponerse, lo cual está muy mal si quien gobierna es el PSOE que, como cualquier persona con talante sabe, sólo sabe hacer las cosas bieeeeeeen. No deja de ser llamativo que el estalinismo nunca tuviera que criticar a la oposición: directamente la liquidaba. Lo mismo se trata de eso.

jueves, 21 de febrero de 2008

¡Enhorabuena, Alberto!

Definitivamente los Albertos no irán a la cárcel. El Tribunal Constitucional ha decidido corregir al Tribunal Supremo y, de este modo, evitar que estos dos pájaros no pongan un pie en prisión, con independencia de que hubieran estafado a los que eran sus socios en Urbanor. Pelillos a la mar. Lo de menos, en mi opinión, es el hecho. Este tipo de sujetos se dedica habitualmente a la estafa, vive de la estafa: unas veces los cogen y otras, no. Y cuando los cogen, ¿para qué están los amigos? Ya es llamativo que el TS los condenara. Sus Señorías debieron tener un mal día o, más bien, Su Majestad no debió tocar a quien correspondía. El caso es que los condenaron. En el TC, sin embargo, no han errado el tiro y, como era natural, los Magistrados han hecho honor a su bien merecida fama de “aquí-estamos-pa-lo-que-haga-falta” y han enmendado el error de la última instancia judicial española. Pues me parece muy bien: no es de recibo que los amigos de Su Majestad anden por las cárceles como si se tratara de chorizos comunes. No, estos chorizos con denominación de origen Zarzuela merecen el mismo trato humano que reclamara para sí su gran amigo el Jefe del Estado. Y trato humano se les ha dado. Hay incluso algún imbécil que clama por la seguridad jurídica mancillada y la inexistente igualdad ante la Ley. ¿Pero se puede saber de alguien que, enfrentado a cualquier poderoso, obtuviera un trato de igualdad ante un Tribunal? Bueno sí, a estos dos Albertos los han tratado igual.

En España no hay seguridad jurídica: el Derecho no existe y la igualdad tampoco. Quien mantenga lo contrario o no sabe lo que dice o no dice lo que sabe. La Justicia está tan sucia que no tiene otra solución que la refundación. Otro síntoma de que el enfermo –España- anda muy necesitado de cirugía.

¡Enhorabuena, Alberto!

martes, 19 de febrero de 2008

Debe de ser la tenZión

¡Lo que nos quedaba por ver! Cómo me gustaría poder empezar hoy así. Pero no, quizás lo más apropiado sea empezar con un ¡lo que nos queda por ver! Cree uno haberlo visto todo de las Brigadas Zeta y resulta que no, que todavía hay más, y lo peor es que toda esta basura es alimentada desde el propio partido del Gobierno. “Nos conviene que haya tensión” decía Z al Santo Iñaki después de su ¿entrevista?. “Yo a partir de este fin de semana voy a empezar a dramatizar un poco” ¿un poco? Lo más triste es que todo el mundo se lleva las manos a la cabeza con aquello de dramatizar: ¿sabe hacer este sujeto algo que no sea dramatizar? ¡Si este tío es el dramatismo con cejas! Y no sé si alguna vez dice la verdad pero, mienta o no, siempre tengo la impresión de que, con un micrófono delante, dice justo lo contrario de lo que piensa o sabe. Es uno de esos personajes a los que parece que sólo se les oye decir la verdad por casualidad... como el otro día. El caso es que con esa idea de que haya tensión ya llevamos tres actos reventados por las Brigadas Zeta, con tres mujeres de protagonistas –María San Gil, Dolors Nadal y Rosa Díez-, en tres ciudades distintas –Santiago, Barcelona y Madrid- y, lo que es más triste, en tres universidades –la de Santiago, la Pompeu Fabra y la Complutense-. Pero esto va a seguir. No hay nada que retrate mejor a la izquierda, al PSOE, que el miedo a ser expulsados del poder.

¿No se le estará yendo a Zeta la tensión de las manos?

OTROSÍ DIGO:

El PSC parece que tiene mucho miedo. No tiene bastante con asustar al personal con la sonriente mandíbula XXL de la Chacón, sino que ahora sale con aquello de que viene el coco: “Si tú no vas, ellos volverán” ¡Uy, qué miedo más grande!

lunes, 18 de febrero de 2008

Como en el fútbol

El pasado sábado perdió el Real Madrid. Uno es muy del Madrid y, las cosas como son, no me gusta que pierda. Aunque, la verdad, pierda o gane, ni mi vida, ni la del resto de los seguidores madridistas, se ve afectada por una (o por mil) derrota(s) del que considero mi equipo: ni se encarecen los créditos, ni sube la leche, ni la gasolina me sale más cara, ni se incrementa el desempleo, ni nada de nada. Si el Real Madrid pierde 2-1 con el Betis, a la inmensa mayoría del madridismo no le pasa nada. Algún forofo deja de cenar del disgusto y a muchos otros el lunes los recibirán con algo de chufla en sus trabajos. Pero el que decide no cenar, no lo hará porque, con la derrota de su equipo, se haya quedado sin cena, ni los que serán objeto de chanza perderán su empleo porque el Real Madrid recibiera más goles de los que fue capaz de marcar. Quizás sea por eso que los aficionados al fútbol son de un determinado equipo, haga lo que haga, juegue quien juegue. Ni Ramón Calderón, ni Capello han conseguido que yo reniegue del Real Madrid. Ni Florentino Pérez, ni la destitución de Vicente del Bosque, lograron que deseara que mi equipo perdiera un solo partido. Y los perdió, y no me pasó nada.

Si perdiera 50 euros por cada partido que no gana mi equipo y me embolsara otros 50 cada vez que ganara, otro gallo cantaría. Hoy ser del Real Madrid sería un buen negocio pero, en otras temporadas, hubiera habido mejores opciones. No creo que haya muchos aficionados al fútbol que se hubieran mantenido fieles a equipos como el Athletic de Bilbao o la Real Sociedad si, cada vez que perdían un partido, les hubieran descontado 50 euritos de su cuenta corriente. Por el contrario, las listas de nuevos aficionados al Real Madrid, al Barcelona o al Valencia habrían subido como la espuma en los últimos años y, al final de temporada, todos seríamos del campeón de liga, seguro. Pero el fútbol (afortunadamente) no es así y manda más el romanticismo, el cariño hacia los colores que elegimos siendo niños (¿qué sabría yo de fútbol con 6 años, cuando en plena época dorada de los equipos vascos, me hice del Real Madrid?).

La política española se parece bastante al fútbol. Digo más: es más fácil que alguien del Real Madrid se haga del Barcelona, a que un número importante de los votantes del PSOE (o del PP) cambien su voto. En esto del voto la fidelidad es realmente futbolera, canina, con la diferencia de que el modo de gobernar de unos u otros afecta –y de qué modo- a nuestras vidas. Todo sea dicho: más a las vidas de unos que a las de otros, pero afectar ¡vaya que si nos afecta! Que a partir del 9 de marzo gobierne el PSOE o el PP puede significar mucho para la vida corriente de muchísimos españoles. Sin embargo, tengo la impresión de que la mayor parte de los votantes siguen dando su voto a los suyos. Da igual que lo hagan bien o lo hagan mal: son los suyos y por tanto son los mejores. Que la economía está en crisis: no pasa nada, mejor que ganen los míos, si ellos nos han metido y ellos nos sacarán, ¿no? Que no llego a fin de mes: con los míos en el Gobierno se hace más llevadero, ¿no? Que se negocia con asesinos: si lo han hecho los míos, estará bien. Todo muy futbolero. Hoy por hoy: del PSOE manquepierda. Y el día que tengamos el agua al cuello: pues me quedo en casa y no voto. Pero antes muerto que votar a Rajoy. Pues vale: esto es democracia.

Y después dicen que España es de izquierdas. No, no nos engañemos. España, si es algo, es analfabeta.

El analfabetismo es muy futbolero.

viernes, 15 de febrero de 2008

La verdad

Parece que el PP se ha decidido a aceptar la oferta del PSOE: habrá debates. El PP cede y acepta las condiciones del PSOE. Los ciudadanos, sin embargo, sólo podremos contemplar un debate falso: limitado a aquello sobre lo que están dispuestos a discutir ante las cámaras y durante un tiempo tan corto que sólo dará para la proclama de cuatro guiños electoralistas. ¡Cuánto miedo! El miedo de unos y de otros. Ciertamente estamos ante una situación en la que ninguno de los dos partidos parece decidido a decir la verdad. La verdad es la gran ausente de la agenda de cualquier político: ¿toca hoy decir la verdad? No, no, hoy tampoco. Es como aquél cartelito que cuelga en muchos bares: “Hoy no se fía. Mañana, sí”. ¿Para cuándo un político que diga la verdad? La verdad de porqué está ahí. La verdad de lo que pretende hacer. La verdad sobre a quién quiere beneficiar. El miedo a decir la verdad atenaza a los políticos: el miedo a que diciendo la verdad no llegue a donde quiere llegar, el miedo a que se le entienda, el miedo a que se le conozca. Una de las frases más recordadas de Juan Pablo II se refería, precisamente, a la verdad: la verdad os hará libres. Lástima que sean pocos los que acepten el mensaje y se deciden a serlo. Vivimos en una sociedad que se sostiene en la mentira, una sociedad esclava de la mentira que, a pesar de ello, no desea ser libre porque, posiblemente, no soportaría el precio de la verdad. ¿Llegará el día en que algún político diga la verdad? Sinceramente, no lo creo. Gandhi afirmó una vez que nunca la verdad perjudicó a una causa justa. Quizás sea por eso.

miércoles, 13 de febrero de 2008

Nos lo merecemos

No hace mucho que leí una entrevista a Ana Pastor. No recuerdo ni dónde, ni cuándo. Era una entrevista corta, muy corta, en la que el entrevistador, apelando al lugar de nacimiento de la entrevistada, le vino a decir algo así como que si fuera una empanada, lo sería ¿de…? Y Ana Pastor contestó que sería una empanada de realidad. Recuerdo que literalmente dijo que estaba empanada de realidad. No me cabe la menor duda de que los dirigentes del PP llevan una buena empanada, pero que haya una que se considera empanada de realidad es una buena noticia. En general, a esta mujer sentido común no le falta. Los principios ya son otra cosa y, si bien es cierto que, cuando se compara a un político del PP con otro del PSOE es fácil adivinar quien va más cargado de principios, no es menos cierto que los políticos del PP no suelen aparecer tan bien pertrechados en la comparación con la mayor parte de sus votantes. Esto es un hecho tan evidente que no es raro encontrar a quien afirme que la clase política española está muy por debajo del nivel de la sociedad a la que representan y esta evidencia es todavía más palpable entre los simpatizantes del PP: yo no conozco ninguno que esté contento con el partido al que terminan dando su voto.

Mi referencia a Ana Pastor, sin embargo, era bastante trivial y sólo tenía por objeto introducir uno de mis muchos defectos: el realismo. Me alegro de padecer este defecto y, si no fuera por los muchos problemas que suele causar, casi lo considero una virtud. Y en un político como Ana Pastor se agradece mucho una visión realista.

Pues bien, desde mi realismo, estoy convencido de que cada país, cada grupo humano, tiene el gobierno que se merece. Estoy convencido de que España y los españoles se merecen tener un gobernante como Z y que, cuando pase el 9 de marzo, nos mereceremos el gobernante que resulte de las urnas. George Bernard Shaw decía que la democracia es el proceso que garantiza que no seamos gobernados mejor de lo que nos merecemos y pocas veces, en mi opinión, se ha dicho mayor verdad. Pero es que esta relación de merecimiento entre nación y gobernante es aplicable en cualquier circunstancia o etapa de la Historia, existiera o no democracia, existiera o no libertad. Los pueblos soportan a los dictadores y a los malos gobernantes porque carecen de la fibra moral que les permita derrocarlos. Desde este punto de vista los cubanos se merecen a Fidel, los bolivianos a Evo, los venezolanos a Chávez, los argentinos “a la señora de” y los españoles nos merecemos a Z. Esto no quiere decir que individualmente todos los cubanos, bolivianos, venezolanos, argentinos y españoles se merezcan a semejantes gobernantes pero, no me cabe duda de que, en tanto colectivo, no merecen –no merecemos- más. Decía Toynbee –sí, hoy es mi día de las citas- que el mayor castigo para quienes no se interesan por la política es que serán gobernados por personas que sí se interesan y yo continúo: nos lo tenemos merecido.

Y en lo que se refiere al PP, nos lo tenemos merecido también. Tenemos el gobierno y la oposición que nos merecemos. No hay más. Si queremos cambiar la política no tenemos más remedio que luchar cada uno de nosotros desde nuestra propia trinchera. Si no aceptamos la lucha, si no somos capaces de entender que el derecho a un gobierno y a unos políticos mejores hay que ganárselo, si no nos decidimos a dar un paso al frente, no obtendremos más que lo que nos merecemos.

¿España no se merece un Gobierno que miente? Y que no.


OTROSÍ DIGO,

María San Gil creo que no se merece lo que sufrió ayer. Es una persona honesta y valiente y no se merece que una panda de descerebrados henchidos de pluraliZmo la insulten y agredan. Sin embargo, no me cabe duda de que España, la eZPaña plural, está recibiendo su merecido. Lo triste es que pagan los justos, mientras los otros sonríen y hacen la P.A.Z..

La PAZ

La paz no es la P.A.Z.. La P.A.Z. es el acrónimo de la Plataforma de Apoyo a Zapatero o sea Z. La paz es otra cosa: es la ausencia de guerra o el resultado del fin de un conflicto, es un estado de sosiego, de calma. La paz parece ser que no es el estado natural del hombre, aunque no puede negarse que es una aspiración elevada y noble. Tanto y tan impropiamente se ha hablado de paz en estos últimos años, tantas veces se ha pronunciado esta palabra en vano, que precisamente la P.A.Z. ha venido a darle la puntilla. Sólo le faltaba a la pobre paz que se adueñara de ella la cofradía de la ceja angulada (de ángulo, que no de angula). Como no ha tenido bastante con que la prostituyeran a lo largo de aquél siniestro proceso que ha tenido jugando a nuestro Z con los asesinos de ETA, ahora va el artisterío canónico –por aquello del canon, por supuesto- y se colocan debajo de sus tres letras para dar a apoyo al Presidente del ansia infinita de, sí eso mismo, paz. Pobre paz, ¡es tan fácil pronunciar su nombre! Es lo que tienen los monosílabos, no empiezas a pronunciarlos y ya has terminado: paz, paz. Y es gratis: paz, paz.

La P.A.Z., sin embargo, ni es tan fácil de pronunciar, ni tan barata. Detrás de esas tres letras se esconden los mismos que un día pedían el no a la entrada en la OTAN, los mismos que apoyaban al PCE (cuando dicen que existía), los mismos que se olvidaron de montar una plataforma de condena al terrorismo de Estado, los mismos del Nunca Mais, del no a la guerra. Los mismos del canon digital, de la SGAE y del arte subvencionado. Últimamente falta Bardem hijo, que el hombre está recogiendo premios. Lástima que el resto de la cuadrilla p.a.z.ifista no haya alcanzado tan altas cotas artísticas y tenga que seguir viviendo del prójimo, sea por la subvención, sea por el canon. El caso es meter la mano en el bolsillo ajeno y/o arrimarse al psoebre. Pues que les cunda.

El lunes, el Santo Iñaki hablaba de ellos y se quejaba de cuán mal se había tratado a estos próceres de la decencia ideológica, a estos paladines del arte patrio, por haber apoyado públicamente a Z. Decía el hermano del Rector Magnífico de la Universidad Autónoma de Madrid que en otros países (¿por ejemplo Estados Unidos?) este tipo de actos era habitual y no pasaba nada. Y tenía razón: en Estados Unidos es normal que actores, escritores o músicos hagan campaña a favor de tal o cual candidato. Sin embargo, olvidaba el gran comunicador, el flexo que ilumina la actualidad para la progresía, que no es normal que llamen turba imbécil a quienes no comparten sus ideas y, lo que es más importante, que los contribuyentes americanos no gastan ni un céntimo de su dinero en apoyar a eso que en la España plural llaman la industria de la cultura y que, salvo que alguien demuestre lo contrario, ni es industria, ni es cultura.

La realidad es muy distinta: rima con poderoso caballero y hoy se viste de canon digital y otras regalías. Lo que me gustaría saber es qué parte de esas regalías sale del bolsillo de la turba imbécil. Lo que me gustaría escuchar es qué pasará el día que la turba imbécil vuelva a gobernar. Y que lo veamos.

martes, 12 de febrero de 2008

La Z

Ayer lo vi. Fue increíble. Z, Dios del PSOE y de cuantos, como yo, creemos en su verdad, se le apareció a Iñaki Gabilondo, profeta del periodismo, el Juan Bautista que nos bautizaba con agua hasta que llegó El Maestro. Y sí, lo vi; vi al Maestro y Él me dio motivos para creer. Para creer en un Gobierno –Gobierno de España- que nunca negoció con ETA, que atendió a la economía con la mayor de las diligencias y que hizo transitar al retrasado estado español por las sendas de la Champion's League de la economía mundial, que acabó con el problema de la vivienda, que nos regaló la renta de emancipación, que aprobó el Estatut de Catalunya (o, con perdón, Estatuto de Cataluña) para cohesionar el estado. Un Gobierno –Gobierno de España- que no miente, que si lo hace es porque altas instancias internacionales le obligan a ello, que da de beber al sediento (salvo que viva en una región gobernada por el PP, que el agua no está para regar campos de golf) y de comer al hambriento (¿y qué otra cosa es si no la SGAE?). Un Gobierno –Gobierno de España- que ha hecho que se respete al estado español en el Congo, en Mauritania y, un poco, en Marruecos, que se ha enfrentado con arrojo y gallardía a las huestes del diabólico Bush y que, como diría el discípulo Moratinos, no les hemos declarado la guerra porque no tendríamos sitio para tanto prisionero. Todo sea por la P.A.Z.. Un Gobierno –Gobierno de España- que no ha matado a nadie, al menos que se sepa (y esto tiene mucho mérito con los antecedentes que adornan el curriculum del PSOE y de Rubalcaba) y que nos ha hecho ver como, al final, los malos acaban entre rejas (hemos empezado por la ETA pero que se vayan preparando Rajoy y los obispos). Un Gobierno –Gobierno de España- al que le sobran apoyos entre nuestros creadores y creadoras, artistos y artistas, y no como dice la derecha extrema, porque los hayan beneficiado con el canon digital, sino porque como dice el insigne filósofo L’Oreal: este Gobierno lo vale. Esto es así. Nuestros creadores y creadoras, artistos y artistas, luz que hace brillar a la Patria –comúnmente conocida como estado español- están comprometidos con la alegría y, como yo, tienen fe. Fe en Z.

lunes, 11 de febrero de 2008

La X

No sé si el título que he elegido para mi blog es original o no. Como persona vanidosa que soy me gusta pensar que sí lo es, pero para gustos colores. Lo que sí que puedo afirmar es que no es un título que salga de la nada.

Hace poco más de una semana un tal San Juan o Sanjuan (o como coño se escriba, que tampoco me importa mucho), actor dizque español y premiado con un Goya, dedicó el galardón a la disolución definitiva de la Conferencia Episcopal. No se le ocurrió al buen señor otra cosa más edificante a qué dedicar el premio. Bueno sí: creo recordar que lo dedicó también a su madre y ¡pasmense!: a su padre. Sí, se ve que debe conocerlo y quizás por eso fue premiado por un gremio tan poco dado al conocimiento de su árbol genealógico. Lo mismo lo premiaron por otra cosa pero, la verdad, no está uno ya para esoterismos.

El caso es que a mí esa gracieta de un tipo al que no cabe atribuirle otro mérito que el de memorizar cuatro líneas de un guión y repetirlas, pues, la verdad, no me hizo ninguna gracia. Y no me hizo ninguna gracia por una razón principal: a este pájaro también le pagamos el sueldo los católicos. No, no pido que se convierta, ni que deje de votar a quien le plazca, ni que evite exponer sus ideas, pero al menos, que se entere de quién le paga un sueldo que le permite vivir bastante mejor que a la mayoría de los que se lo pagamos y nos respete.

Si no quiere sostener a la Iglesia, me parece perfecto: que no marque la X en la casilla correspondiente de su declaración del IRPF. Tiene esa opción.

Por el contrario, yo no tengo esa posibilidad. No puedo decidir no darle ni un céntimo de mis impuestos a esta panda de actores enseñaculos que viven a cuerpo de rey a costa del esfuerzo de muchos. ¿Para cuándo una casilla que me permita no financiar a este gremio? Tengo claro desde hace mucho que no pisaré un cine para ver una película española. Primero, porque hace mucho que no puedo hacerlo, ni para ver cine eZPañol, ni para ver buen cine; y segundo, porque no me da la gana engrosar la cuenta de resultados de quien vive de meter la mano en los bolsillos de todos los españoles: de los que les caen bien y, sobre todo, de los que les caemos mal. Curiosamente, cada año son menos los espectadores del cine subvencionado por las múltiples administraciones públicas españolas. ¿A que va a ser que no soy el único que está harto de toda esta gente?

Y, por cierto, ya que estamos en esto de las casillas, ¿para cuándo una en la que se me permita decidir si financio o no a los partidos políticos? ¿Y otra para decidir financiar o no a los sindicatos?

Defendamos la alegría.

viernes, 8 de febrero de 2008

Presentación

Primer día de blog: primer día de blogger.

La verdad es que me lo he pensado mucho antes de dar el paso de hacer público lo que pienso y, creo, que no es sólo por timidez -que también- sino por la enorme posibilidad de que no me lea ni el tato. ¿De qué sirve un blog que sólo lee su autor y quienes ya le conocen? ¿Qué sentido tiene que me dedique a expresar lo que siento y pienso si nadie lo va a leer?

Es evidente que quien escribe un blog es lo suficientemente vanidoso como para pensar que aquello que escribe es digno de ser leído por alguien más que él mismo pero, al mismo tiempo, esa misma vanidad te hace pensar si tiene sentido publicar algo que poca gente va a leer. Ese dilema ha sido -es- el mío. ¿Es ya hora de ponerse a escribir? Pues no lo sé, pero aquí estoy.

Si has leído estos párrafos, gracias.

Si no, tampoco leerás esto, luego, ¿qué mas da?