jueves, 6 de marzo de 2008

El guateque

Estos últimos días de campaña electoral están dando tanto de qué hablar que, la verdad, no sabe uno a qué palo quedarse. Aquí andamos entre los orgasmos de Zerolo (entre su marido y Zeta tienen musatisfecho al multiorgásmico concejal) y la frigidez de Fernández de la Vega (que esa cara no puede tener otra explicación, oiga) ante las inoportunas sentencias del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (Chaves dixit). Entre esto, el cabreo del PSOE porque –incomprensiblemente- no le han dejado nombrar al Presidente de la Conferencia Episcopal y el guateque organizado ayer en el Círculo de Bellas Artes a mayor gloria de Mister Zeta, uno se queda con cara de votante del PP –vulgo imbécil- sin saber si salir con bastos o con espadas. Pero la cabra tira al monte y no seré yo quien niegue mi afición al más rancio, subvencionado, desfasado y canonizado artisterío patrio (¡cinco adjetivos, Pepiño!).

Mister Zeta debió acabar ayer dolorido de tantos besos y abrazos como le dieron los artistas canónicos ¡Qué suerte! ¡Cuánto lo quieren! Y Zeta, que les corresponde, explicó por qué: “Sois de los nuestros” ¡Pues claro! El problema es que aquí el menda no entiende que siendo como son de los de Mister Zeta, el sueldo se lo tengamos que pagar otros entres subvenciones y canon. Mí no entender, que diría Montilla. Bien es verdad que, haciendo un recuento de los allí presentes, sólo estaban los de siempre: los antiguos partidarios del PCE, después de Izquierda Unida y, vistas las cosas, hoy de Mister Zeta (que parece que poco provecho van a poder sacar ya de la pandilla de Llamazares). Pues eso, Miguel Ríos, Sabina, Serrat, Ana Belén, Víctor Manuel y algún que otro gran intelectual como Fran Perea o Cristina del Valle (sí, sí, la del te voy a meter mano). Andaba por allí “El Algarrobo”, Concha Velasco, Loles León y una tía que se llama Tina Sáinz que segura será una gran actriz pero que la debe conocer su padre. Y ¡ah!, que no se me olvide, pasaba consulta el futuro Premio Nobel de medicina: el célebre Doctor Montes. Tanta es la fama de este sujeto que ya hay quien propone que el Hospital Severo Ochoa, lugar en el que daba dignísimo matarile este sujeto, sea renombrado cuanto antes como Hospital Doctor Montes. Que dónde va a parar el mérito de Ochoa con el de esta luminaria de las urgencias hospitalarias y su denodada lucha por el digno final del prójimo. En fin, que dice Mister Zeta que este también es de los suyos y que digo yo que es lo normal, que este tío también es un artista: un artista de las sedaciones. Eso sí, a diferencia del resto de artistas congregados en el guateque del Círculo de Bellas Artes, el Doctor Montes no le invitó nadie –ni naide- a dar muestra de sus habilidades en las carnes del resto de los compañeros (y compañeras) allí presentes: no fuera a ser que con aquello de defender la alegría terminara la función con un feliz final al más puro estilo Leganés, que tampoco es plan. El caso es que el pobre se tuvo que conformar con un abrazo de Mister Zeta y no le pudo prescribir ni un valium ¡Con lo nervioso que anda ahora a cuento de las elecciones! No somos nadie.

OTROSÍ DIGO. A juzgar por la foto, la Callas debe estar tan satisfecha como Zerolo.

1 comentario:

Mamá dijo...

Efectivamente, no has podido poner mejor nombre a la entrada: el guateque, porque están todos tan añejos, que el día menos pensado, la palman. Y claro, hay que llevárselo calentito, que a saber mañana quien está por estos lares para sacar provecho...

Efectivamente, si es que no somos nadie...