miércoles, 5 de marzo de 2008

Del Manual de Pepiño

Rouco, malo.

Repítalo mil veces y, si ha conseguido sacar provecho a la reiteración de este enunciado y ha logrado interiorizar su mensaje, puede que esté preparado para alcanzar el nivel intelectual del más alto prócer patrio.

La consigna es simple, no hace falta más:


Rouco, malo.


Una vez asimilada la evidente maldad del Cardenal y Arzobispo de Madrid, se puede continuar en la profundización del pensamiento progresista y aventurarse a otro tipo de cabriolas intelectuales como las que siguen:


Rouco, conservador


(Dominada la complejidad de esta tesis se puede anteponer el prefijo ultra- al adjetivo conservador con el siguiente resultado: Rouco, ultraconservador).


Rouco, radical.


Rouco, extremista.


La repetición, un número de veces suficiente, de estas -sin duda- complicadas construcciones garantiza a los alumnos y alumnas más aventajados alcanzar el nivel de habilidad dialéctica necesario para poder pronunciar lo siguiente:


“Rouco es un obispo conservador, radical y extremista y con su elección la jerarquía eclesiástica demuestra su conservadurismo, radicalización y extremismo”.


Si se es miembro del PSC, PSE o PSGa, puede aderezarse el anterior enunciado con el adjetivo centralista y su correspondiente nominal:


“Rouco es un obispo conservador, radical, extremista y centralista y con su elección la jerarquía eclesiástica demuestra su conservadurismo, radicalización, extremismo y centralismo”.


Nótese la dificultad argumental y el empleo del término jerarquía, cuyo adecuado uso exige un sobresaliente dominio del lenguaje. Nótese asimismo la complejidad de la pronunciación de tres (¡y hasta cuatro!) adjetivos consecutivos y sus correspondientes nominales.

Créalo, los compañeros y compañeras más aventajados hacen gala de capacidades verbales tan notables que les permiten repetir mensajes como el que acabamos de enunciar a pesar de la enorme dificultad que presenta su dicción.

Persevere y piense que todos ellos, hoy, son ministros y ministras, diputados y diputadas, senadores y senadoras, presidentes y…, bueno, vicepresidentas. Alguno es hasta Molt honorable. Todos viven como usted siempre quiso hacerlo.

Confíe en sí mismo, no se exigen requisitos de titulación, ni experiencia previa. Y no se preocupe por su curriculum: sabemos cómo arreglarlo.

Se valorará favorablemente el carnet del PSOE.

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