martes, 4 de marzo de 2008

Buena suerte

Mister Zeta acabó el debate de ayer del mismo modo en que lo hizo hace una semana: “buenas noches y buena suerte”. Y se agradece. No me cabe duda de que las buenas noches que nos deseó a los que lo contemplábamos ojipláticos nos reconfortó enormemente. El deseo de buena suerte, aun siendo un detalle por su parte, a mí sin embargo me preocupa, más que nada porque no tengo claro si lo que quiero es tener buena suerte o, por el contrario, preferiría prescindir del azar y que en España todo marchara sin precisar de la intervención de los hados. Es lógico, no obstante que, quien ha construido su vida política sobre la base de la ocurrencia y la buena suerte desee la misma estrella a los demás. El azar es algo tan significativo en la vida de Mister Zeta –y de la mayor parte de quienes le rodean en su partido- que es perfectamente comprensible que se encomiende y, lo que es peor, nos encomiende, a la suerte. Si es buena, bueno, si es mala, ¡ya se nos ocurrirá algo, querido desgraciado!

Lo que sí tiene claro Mister Zeta es que nos conviene tener buena suerte, tanto como a él le convenía la tensión. Cierto: tal y como están las cosas nos conviene mucho y, además, nos hace mucha falta. Nos hará falta suerte, primero, para dar la vuelta a unas encuestas que en su totalidad presentan al PSOE como seguro ganador de las elecciones del próximo domingo. No sería la primera vez que esto ocurre (la última fue en las elecciones autonómicas y locales del pasado mayo) y no es descartable que por enésima vez los petulantemente llamados institutos de opinión tengan que tragarse sus predicciones. Pero, siendo realistas, este es el recurso a la épica: sería como remontar un 5-0 en el partido de vuelta. Difícil, difícil. Pero el partido se juega el día 9 y hasta que no se cierran los colegios electorales no hay nada imposible. Buena suerte pues.

Pero si la demoscopia no yerra, entonces sí, entonces mejor nos encomendamos a la buena suerte porque la situación económica pinta mal y la política pintará aún peor. Mister Zeta es la más letal enfermedad que hemos padecido en España durante décadas. Cuatro años más sufriéndolo nos puede dejar listos para el socialismo bolivariano y, puestos en esta tesitura, toda la suerte será poca. Ahora bien, como ya dije otro día, nos mereceremos cuanto ocurra: lástima de las víctimas inocentes que queden por el camino. Encomendémonos a Zeta.

¿Motivos para creer?

1 comentario:

Mamá dijo...

En realidad, tendríamos que encomendarnos a Dios, ¿por qué nos abandona en estos momentos de "desaceleración económica"?

Y cambiando de tema, si me lo permites, claro, lo mejor es el uso de las palabras en esto días de mítines y entrevistas en tv. No es crisis, es desacelaración. No es violencia, sin más, es violencia machista. No es trabajo, es trabajo para las mujeres.

Al final, siempres te doy la razón, que haya buene suerte para el domingo y, si no, al menos para los años venideros.

Y por su puesto, que Dios nos coja confesados.