miércoles, 13 de febrero de 2008

Nos lo merecemos

No hace mucho que leí una entrevista a Ana Pastor. No recuerdo ni dónde, ni cuándo. Era una entrevista corta, muy corta, en la que el entrevistador, apelando al lugar de nacimiento de la entrevistada, le vino a decir algo así como que si fuera una empanada, lo sería ¿de…? Y Ana Pastor contestó que sería una empanada de realidad. Recuerdo que literalmente dijo que estaba empanada de realidad. No me cabe la menor duda de que los dirigentes del PP llevan una buena empanada, pero que haya una que se considera empanada de realidad es una buena noticia. En general, a esta mujer sentido común no le falta. Los principios ya son otra cosa y, si bien es cierto que, cuando se compara a un político del PP con otro del PSOE es fácil adivinar quien va más cargado de principios, no es menos cierto que los políticos del PP no suelen aparecer tan bien pertrechados en la comparación con la mayor parte de sus votantes. Esto es un hecho tan evidente que no es raro encontrar a quien afirme que la clase política española está muy por debajo del nivel de la sociedad a la que representan y esta evidencia es todavía más palpable entre los simpatizantes del PP: yo no conozco ninguno que esté contento con el partido al que terminan dando su voto.

Mi referencia a Ana Pastor, sin embargo, era bastante trivial y sólo tenía por objeto introducir uno de mis muchos defectos: el realismo. Me alegro de padecer este defecto y, si no fuera por los muchos problemas que suele causar, casi lo considero una virtud. Y en un político como Ana Pastor se agradece mucho una visión realista.

Pues bien, desde mi realismo, estoy convencido de que cada país, cada grupo humano, tiene el gobierno que se merece. Estoy convencido de que España y los españoles se merecen tener un gobernante como Z y que, cuando pase el 9 de marzo, nos mereceremos el gobernante que resulte de las urnas. George Bernard Shaw decía que la democracia es el proceso que garantiza que no seamos gobernados mejor de lo que nos merecemos y pocas veces, en mi opinión, se ha dicho mayor verdad. Pero es que esta relación de merecimiento entre nación y gobernante es aplicable en cualquier circunstancia o etapa de la Historia, existiera o no democracia, existiera o no libertad. Los pueblos soportan a los dictadores y a los malos gobernantes porque carecen de la fibra moral que les permita derrocarlos. Desde este punto de vista los cubanos se merecen a Fidel, los bolivianos a Evo, los venezolanos a Chávez, los argentinos “a la señora de” y los españoles nos merecemos a Z. Esto no quiere decir que individualmente todos los cubanos, bolivianos, venezolanos, argentinos y españoles se merezcan a semejantes gobernantes pero, no me cabe duda de que, en tanto colectivo, no merecen –no merecemos- más. Decía Toynbee –sí, hoy es mi día de las citas- que el mayor castigo para quienes no se interesan por la política es que serán gobernados por personas que sí se interesan y yo continúo: nos lo tenemos merecido.

Y en lo que se refiere al PP, nos lo tenemos merecido también. Tenemos el gobierno y la oposición que nos merecemos. No hay más. Si queremos cambiar la política no tenemos más remedio que luchar cada uno de nosotros desde nuestra propia trinchera. Si no aceptamos la lucha, si no somos capaces de entender que el derecho a un gobierno y a unos políticos mejores hay que ganárselo, si no nos decidimos a dar un paso al frente, no obtendremos más que lo que nos merecemos.

¿España no se merece un Gobierno que miente? Y que no.


OTROSÍ DIGO,

María San Gil creo que no se merece lo que sufrió ayer. Es una persona honesta y valiente y no se merece que una panda de descerebrados henchidos de pluraliZmo la insulten y agredan. Sin embargo, no me cabe duda de que España, la eZPaña plural, está recibiendo su merecido. Lo triste es que pagan los justos, mientras los otros sonríen y hacen la P.A.Z..

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